En estas fiestas navideñas la AAEIAA quiere poner de manifiesto su preocupación ante la avalancha de sujetos que año tras año, y al finalizar las mismas, acudirán -de forma aguda o programada- ante sus médicos insistiendo y manifestando unos síntomas muy claros. Síntomas que una vez descartada: su asociación con determinadas patologías serán inexplicables o simplemente se atribuirán al “desaguisado nutricional navideño”. Entre ellos: problemas gastrointestinales (hinchazón de vientre, flatulencia, diarrea, estreñimiento) retención de líquidos, mal olor corporal, sobrepeso, obesidad o simplemente dificultad para adelgazar. Otros manifestarán dolores de cabeza, sinusitis y otras complicaciones respiratorias. Algunos observaran incluso como se manifiesta o exacerba su artritis o que su piel se ha vuelto seca y áspera o responde con sarpullidos, eritemas, picazón o ronchas. Otros simplemente notarán que se encuentran más cansados de lo normal
Y en la normalidad que supone el quebranto gastronómico navideño y su repercusión en la salud se encontrara la justificación para no darse cuenta de que detrás de todo ello, aumentando y magnificando los síntomas, cuando no propiciándolos, no sólo se encuentran comilonas y abusos sino determinados alimentos. También destacaríamos a la industria alimentaria. Consentida industria que a pesar de todas las leyes existentes en materia alimentaria y de todas las evidencias científicas siguen manteniendo unos procesos de elaboración en el que pesticidas, conservantes, colorantes, aromatizantes, espesantes, acidulantes, edulcorantes, potenciadores del sabor y otros elementos químicos, son parte fundamental de nuestra dieta.
No mucha gente es consciente de que la intolerancia o la alergia a un alimento por sí sola ya puede ocasionar los síntomas que hemos citado anteriormente. Pero cuando el alimento al que somos intolerantes o alérgicos va acompañado de uno de aquellos añadidos la sintomatología se intensifica o agudiza o se cronifica.
Síntomas que puede provocar un alimento al que se es intolerante o alérgico
- Alteraciones oculares: lagrimeo, irritación conjuntival, picor, fotofobia.
- Alteraciones nasales: estornudos, secreción acuosa (rinitis), obstrucción y picor en el interior de la nariz.
- Dificultad para tragar.
- Picor de la boca, garganta, ojos, piel o cualquier área.
- Irritación de garganta.
- Dolor abdominal.
- Diarrea.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Cólicos estomacales.
- Ronchas (urticaria).
- Angioedema (hinchazón de los párpados, cara, labios y lengua).
- Mareos y desmayos.
- Anafilaxia (puede producir la muerte).
- Crisis asmáticas que se manifiestan mediante sensación de falta de aire, ruidos torácicos silbantes, opresión en el pecho y accesos de tos seca.