No tenemos datos fiables en la actualidad pero en 2001, y según el Eurobarómetro, sólo el 40% de los europeos sabían que los antibióticos son ineficaces contra los virus. Este hecho, entre otros, explica el gran consumo inadecuado de antibióticos y la generación de resistencias a los mismos.
Se calcula que alrededor del 60% de los antibióticos para medicina humana se recetan para tratar infecciones de las vías respiratorias superiores a pesar de que la gran mayoría de las mismas están causadas por virus contra los que los antibióticos resultan ineficaces. La neumonía sigue siendo la enfermedad infecciosa con la mayor tasa de mortalidad en el mundo: más de 3,5 millones de muertos al año. En las muestras de laboratorio, hasta un 70% de los patógenos causantes de las infecciones pulmonares, incluida la neumonía, resultaron ser resistentes a uno de los antibióticos de primera línea.
En los países desarrollados, hasta el 60% de las infecciones hospitalarias se deben a microbios resistentes a medicamentos. Los casos más recientes son el enterococo resistente a la vancomicina (VRE) y el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA). Estas infecciones «hospitalarias» ya han empezado a extenderse al resto de la comunidad en general.
En relación con Europa y otros países occidentales como Estados Unidos y Canadá, España muestra registros muy desfavorables de resistencia, especialmente en patógenos bacterianos de ámbito extrahospitalario.
Entre las diversas causas que se atribuyen a este aumento imparable de la resistencia a los antibióticos es la ingesta indiscriminada de antibióticos para causas que no los requieren; las bajas tasas de cumplimiento de la antibioticoterapia y el consumo, sobre todo, de carne de ave, cerdo y vacuno.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) propuso hace tiempo la prohibición del uso de antibióticos a gran escala en la cría de animales pero esta práctica no solo no ha descendido sino que ha aumentado progresivamente. Este es uno de los motivos de la aparicion de cepas de microorganismos resistentes en los animales y de que la ingesta de su carne sea sumamente peligrosa.
Casi la mitad de todos los antibióticos consumidos se emplean para tratar a animales enfermos, como potenciadores de su crecimiento o para destruir diversos patógenos en los alimentos que consumen. Estas dosis continuadas -con frecuencia a un bajo nivel – favorecen el desarrollo de la resistencia de las bacterias en el ganado mismo o cerca de éste y pueden producir nuevas cepas resistentes capaces de «saltar» de los animales a los seres humanos. El VRE es un ejemplo de una bacteria resistente que ha aparecido en los animales y que posiblemente ya haya saltado a los humanos.
Estudios recientes indican que buena parte de la carne que se vende en los supermercados -especialmente la de pollo- contiene cepas resistentes a muchos antibióticos. En caso de infección humana los antibióticos comunes no serán de ninguna utilidad.
Por todo ello la Asociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales (AAEIAA) exige:
Por último AAEIAA considera que de nada sirven las campañas de advertencia a la población en cuanto al consumo indiscriminado de antibióticos si la carne para consumo humano proviene de animales que han sido masivamente tratados con los mismos. AAEIAA